Entendemos que toda tu concentración y recursos están puestos en atraer clientes para hacer crecer tu empresa.
Pero tu gestión debe ir más allá que desarrollar y vender una buena idea de negocio. Tus finanzas deben estar en orden también. Una gestión eficiente del flujo de caja es señal de madurez de la empresa ante los ojos del mercado.
Pero mala administración puede llevarte al fracaso. Muchas empresas que recién comienzan se quedan cortas en sus flujos de caja, quedan en cero o en negativo rápidamente en su primer año de operación.
Por lo general, ocurre porque no prestan atención a sus finanzas hasta que es demasiado tarde.
Aún más peligroso, no cuentan con los recursos necesarios para sostener sus gastos operacionales, lo cual atenta contra la continuidad del negocio.
Pasa hasta en las mejores empresas.
Te explicamos cómo evitar llegar a quedarte "sin caja" con buenas prácticas comprobadas y a usar el factoring como una de las alternativas de financiamiento disponibles para ayudarte a solucionar este problema de liquidez.
Si tu caja está bajo constante presión por hacerse cargo de los costos de operación del día a día, debes ayudar a descomprimir todo lo posible.
Esto significa que debes reducir los costos, aunque evita hacerlo de forma indiscriminada. Comienza reduciendo gastos variables y aplica mejoras a tu estructura de costos, como por ejemplo actualizar tu precio de venta según las tendencias de mercado y renegociar valores de tu materia prima constantemente.
El flujo de caja es la “sangre” de tu empresa. Todo lo que bloquee esta fluidez terminará enfermando a tu negocio. Por ende, asegúrate de implementar estas buenas prácticas para ordenarte:
Hay tres principios irrenunciables que conciernen a las cuentas por cobrar para una sana gestión del flujo de caja:
Equilibrar estos tres principios no es fácil, dado que cumples un doble rol: proveedor y cliente. Una solución es programar tanto tus pagos como la deuda de tus clientes con anticipación.
Te ayudará en este ejercicio conocer exactamente cuál es tu punto de equilibrio; el momento cuando tus ingresos totalizan tus gastos. Una vez que tengas claro este factor, sabrás en qué fechas del mes contarás con dinero para cumplir con tus obligaciones, y cuándo ingresarán nuevos recursos a la caja.
Ten a mano diferentes fuentes de financiamiento para enfrentar contingencias como sobreendeudamiento, clientes que no quieren pagar o imponderables.
Aplica las siguientes alternativas de forma simultánea para que nunca te quedes sin flujo:
¿Se acerca la fecha de pago de sueldos o servicios y tu negocio no puede cubrir estos costos operacionales? Entonces te estás quedando sin flujo de caja, uno de los problemas más comunes de pequeñas y medianas empresas (Pymes).
¿Cómo resolverlo? A continuación te damos algunos consejos para sortear esta piedra en el camino al éxito.
Siempre paga el sueldo de tus trabajadores y sus imposiciones ya que el no hacerlo atenta rápidamente con el normal funcionamiento de tu empresa.
Es fundamental programar y cumplir con el pago a quienes te proveen de las materias primas claves de tu negocio, dejar de hacerlo puede provocar que no puedas seguir produciendo y no tener stock para vender.
Si no cuentas con fondos en la llamada “caja chica”, las consecuencias pueden ser lamentables; desde que miembros de tu equipo abandonen su trabajo hasta que la Pyme simplemente no pueda seguir operando.
Se dice que la condición del flujo de caja de una empresa constituye uno de los indicadores más importantes de su salud financiera.
A pesar de la gravedad, éste es un problema común. Para evitarlo, es fundamental entender por qué ocurre.
Estas son las principales razones por las que las empresas se quedan sin flujo de caja:
Podemos resumir estas razones en cinco malas prácticas comunes de flujo de caja en una Pyme:
Ahora bien, si experimentas alguna de estas situaciones y efectivamente te quedas sin flujo de caja, estas son algunas ideas que puedes poner en práctica para ganar tiempo y liberar recursos:
- Renegociar con proveedores: si tienes una buena relación con tus proveedores trata de negociar prórrogas o fechas extendidas de pago.
Ten en cuenta que aplazar el pago debe ser una excepción a la regla y no una práctica habitual. Para que el proveedor confíe en ti, tienes que cuidar la relación, es decir, cuando no tengas problemas asegúrate de pagar a tiempo.
- Reducir costos: analiza dónde puedes minimizar tus gastos rápidamente. Recuerda que para cubrir la falta de flujo de caja debes actuar a tiempo.
- Adelantar el pago de tus facturas o cheques factorizando tus documentos: el factoring es una de las maneras más rápidas de conseguir fondos para tu caja chica. Pero como un servicio financiero, la empresa de factoring cobra un porcentaje del valor total de la factura.
- Realizar una buena gestión de cobranza: el cobro debe estar alineado con tus compras, de manera que exista un equilibrio en tu flujo de caja. Ordena tus balances y exige los pagos que correspondan.
¿Qué hacer si te quedas sin liquidez en el negocio? Aquí te explicamos soluciones que están al alcance de tus manos.
Estas alternativas de financiamiento son soluciones rápidas y accesibles que ayudarán a que resuelvas tus problemas de caja rápidamente sin tener que arriesgar la continuidad ni el éxito de tu negocio.
Elige la que más se acomode a tu realidad económica y no olvides estar más alerta y anticipar problemas con el manejo de la caja de tu negocio.
Incluso grandes compañías como Codelco ocupan este método de negociación con sus proveedores. Si tienes una cuenta por cobrar a 90 días, por ejemplo, puedes ofrecer a tu cliente un descuento por pago anticipado y lograr así obtener antes el dinero para poder cumplir con tus compromisos.
Esta alternativa (pronto pago) suele ser muy útil para lograr que aquellos clientes que mantiene deudas contigo las cancelen aprovechando el descuento que les estás ofreciendo.
El factoring es una alternativa de financiamiento generalmente enfocada a las micro, pequeñas y medianas empresas. Las empresas dedicadas al factoring compran sus facturas, cheques, letras, contratos, órdenes de compra, etc y lo hacen cobrando un porcentaje del monto del documento y luego proceden a cobrar el dinero al deudor inicial.
Este método beneficia con liquidez inmediata a las micro, pequeñas y medianas empresas que venden bienes o prestan servicios a empresas grandes.
De esta manera, la empresa libra presiones sin incurrir en ninguna deuda con el sistema financiero, ya que sólo establece un compromiso con un tercero reforzado por la Ley 19.983, que establece de manera más clara las obligaciones que tienen quienes dan y reciben una factura de venta, así como también a las empresas de factoring.
Entendiendo que una Pyme también necesita dinero al instante para solventar un conjunto de imprevistos como cubrir eventos estacionales o contratar más personal para atender proyectos específicos, entre otros, existe un tipo de crédito pensado especialmente para estos casos.
El Crédito para Capital de Trabajo puede ser a corto o mediano plazo, dependiendo del monto y las actividades para las que será utilizado.
Por ello, resulta clave que la Pyme defina cuánto dinero efectivamente necesitará y, en función a su flujo de caja, elija el mejor plazo para pagarlo.
Apóyate en mecanismos de gestión y financiamiento que contribuyan a mantener tus finanzas ordenadas, con capacidad para responder a tus compromisos y con liquidez a mano.
Para esto una muy buena alternativa es el Factoring.
Es un tipo de financiamiento que se orienta principalmente a las pequeñas y medianas empresas (Pymes) que requieren tener liquidez de manera fácil y rápida.
Consiste en que la Pyme “vende” sus facturas o cuentas por cobrar a una empresa financiera especializada conocida como Factoring. Esta empresa entrega a su cliente un monto cercano a la cantidad originalmente adeudada en la factura y luego se encarga de cobrar la factura al deudor (tercero).
En esta modalidad, la factura adopta el rol de un activo con valor agregado y transable.
En Chile, hay empresas de factoring tanto bancarias como privadas agrupadas en dos grandes asociaciones gremiales: la Asociación Chilena de Factoring (ACHEF), que comprende las bancarias, y las Empresas de Factoring Chile (AG) de las privadas. La principal diferencia entre ambas es el tipo de institución financiera que las respalda.
Por lo general, los negocios ocupan esta alternativa para financiar los desfases de tiempo entre una venta y el pago de ésta, para así cumplir con sus compromisos financieros (gastos operacionales y administrativos).
Aunque también es una herramienta útil para lograr los siguientes objetivos administrativos y contables propios de la gestión de toda empresa:
Ahora bien, existe un conjunto de mitos relacionados al factoring que es preciso tengas claro antes de optar por este instrumento de financiamiento.
Según explica la Bolsa de Productos de Chile, el registro del factoring en la contabilidad de la empresa depende de dos situaciones:
Por lo general, por tratarse de un servicio de prestación de dinero, el negocio funciona mediante el traspaso de costos al cliente que vende su factura. Cada factoring cobra un diferencial de precios diferente, que corresponde a un porcentaje del monto total de la factura.
Esta cantidad depende de la rapidez con el que el cliente requiera los fondos, entre otros factores de riesgo.
Los inconvenientes asociados a esta alternativa de financiamiento dependen de cuán compleja es la situación financiera de la empresa que la solicita. Por ende, queda en manos del factoring decidir si la empresa solicitante está en condiciones o no de recibir este servicio.
Igualmente, la industria opera bajo el marco de la Ley 19.983, y la Ley 20.323 que la modifica, no obstante no es supervisada por la Comisión de Mercados Financieros (CMF).
Asimismo, del punto de vista contable, debes registrar el costo del servicio de factoring como parte del presupuesto para gastos operativos, y no como un préstamo o deuda.
El factoring tradicional es una alternativa de financiamiento para que empresas de todos los tamaños obtengan la liquidez necesaria para la continuidad y crecimiento de su negocio.
Funciona como una transacción en la cual un negocio vende sus facturas o cuentas por cobrar a una compañía financiera externa, conocida como "factoring”.
El factoring luego cobra el pago de las facturas de los clientes de la empresa en una fecha preestablecida.
En términos sencillos, el factoring tradicional es un servicio de apoyo financiero para la gestión de la caja en empresas de todos los tamaños.
Es una herramienta financiera especialmente beneficiosa para que las empresas reciban anticipadamente el dinero de sus facturas sin tener que esperar la fecha de pago o, lo que es común, enfrentar la demora de sus clientes en pagar.
¿Qué pasaría si me quedo sin fondos en la caja de mi emprendimiento? Aquí el factoring juega un rol clave. Te explicamos porqué con un ejemplo práctico.
Imaginemos que el dueño de una PYME debe pagar los sueldos a sus colaboradores pero queda sin fondos. En este caso, como no puede fallar a su equipo de trabajo ni a sus proveedores y no puede esperar los 30 días pactados con su principal cliente para recibir el dinero de su venta, decide utilizar los servicios de una empresa de factoring para que lo ayude. Para ello vende su factura menos un pequeño porcentaje que será la ganancia del factoring.
De este modo, el dueño de la PYME podrá cumplir con sus compromisos como pagar a sus proveedores, trabajadores y pagar sus cuentas de servicios. En la fecha establecida previamente (por ejemplo, 30 días después) el factoring cobrará la factura.
Revisemos a continuación los 4 mitos más comunes en torno a factoring:
1.- No hay defensa legal contra el factoring: el factoring podría entenderse como un contrato innominado, puesto que no figura dentro de los contratos que contempla la legislación chilena, pero es plenamente válido, por el principio de la autonomía de la voluntad para contratar, regido por las normas legales que nuestra propia legislación contempla para cada figura jurídica y operación llevada a cabo dentro de este contrato.
Sin embargo, todo negocio tiene sus riesgos, y en el caso del negocio del factoring, la empresa contratante debe asumir el “factor” en el caso de que sus deudores no paguen.
Por lo mismo, es relevante que la empresa que contrate este tipo de financiamiento esté segura que su cliente es un buen pagador, ya que se trata de una operación "con responsabilidad", lo que significa que si la factura no es pagada al factoring es la empresa que contrató los servicios del factoring la que deberá hacerse cargo de la deuda.
2.- Es malo para la reputación de la empresa: existe la creencia de que las compañías que contratan los servicios de una empresa de factoring lo hacen cuando están en quiebra, cuando los bancos no los reciben o cuando se quedan sin flujo de caja, pero no es así.
El factoring ofrece otras ventajas tales como mejorar la estructura del balance de las empresas, organizar el flujo de caja, reducir costos administrativos y al trasladar la gestión de cobro de las facturas. También ayuda a destinar recursos internos en actividades propias de la compañía, como por ejemplo mejorar la infraestructura o incluso reservar líneas de crédito bancarias para proyectos de largo plazo.
3.- Es un sistema muy caro: dependerá de cuál factoring contrate la empresa y cuánto es el porcentaje que cobra a cambio de la entrega del dinero por adelantado.
Por lo mismo, antes de elegir una empresa de factoring es importante revisar cuáles hay disponibles en su ciudad y, por sobre todo, su reputación y antigüedad.
4.- Es solo para empresas grandes: el principal objetivo del factoring es proveer a empresas de todos los tamaños, no obstante las PYMEs en particular son las que más acuden a este servicio de liquidez inmediata para salir adelante con sus proyectos sin tener que endeudarse con créditos bancarios.
El desafío permanente para las PYMEs es obtener mecanismos de financiación que se adapten a sus necesidades, por lo mismo el factoring les permite tener un flujo de caja estable.
Lo más importante es tener claro que al utilizar este modelo de financiación, las empresas de todos lo tamaños incrementan la disponibilidad de sus recursos a medida que aumentan sus ventas.
¿En qué etapa está tu negocio? La respuesta a esta pregunta te indicará qué tipo de financiamiento puede acceder tu pequeña y mediana empresa (Pyme) para operar.
El ciclo de vida tradicional de una Pyme se divide en cuatro grandes etapas: incubación, despegue, desarrollo y maduración. Y en cada una de ellas, la necesidad de capital es distinta.
No obstante, el objetivo de este capital puede resumirse en dos grandes usos: dinero para empezar (capital inicial) y dinero para funcionar (capital de trabajo).
En esta etapa, necesitas capital inicial.
Sin embargo es en esta fase, cuando el negocio da sus primeros pasos, es que más escasean las opciones de fuentes de financiamiento. En la práctica, son dos principalmente:
Por lo general, se recomienda a los emprendedores que recién comienzan financien el primer ciclo del negocio en parte con recursos propios.
Pueden obtenerlos mediante ahorro, préstamos a familiares o amigos de confianza, o tras la venta de algún bien de valor.
Entre las ventajas de esta alternativa de financiamiento están:
El gobierno ofrece una amplia variedad de alternativas de financiamiento de capital inicial para emprendimientos. Los más conocidos son Capital Semilla y Capital Abeja de la agencia Sercotec y las líneas de Corfo. Conoce más sobre estos programas estatales aquí.
Normalmente, las líneas de financiamiento del gobierno no requieren la devolución del dinero, pero sí estructurar el negocio con un plan a largo plazo y cumplir ciertos hitos financieros y sociales, lo que ayuda al emprendedor a organizar todo desde el inicio.
En esta etapa, tu Pyme debe estar 100% operativa. Entonces, necesitas capital de trabajo.
Los emprendedores pueden ahora enfocarse en aquellos pequeños grandes detalles que surgen cuando la operación está en marcha, desde la captura de nuevos clientes hasta el pago de sueldos o inversión para crecimiento del negocio.
Es la etapa del financiamiento con capital de trabajo que consiste en obtener el dinero necesario para financiar gastos operacionales y futuras inversiones.
Por lo general, las Pymes necesitan acreditar ventas constantes a partir de los 6-12 meses de funcionamiento para acceder a las alternativas de financiamiento que funcionan mejor en esta fase, como son:
A medida que tu negocio se consolida y alcanza un estado de maduración, puedes combinar y asignar relevancia a cada una de estas fuentes de financiamiento según sea tu necesidad de fondos.
Recordemos que el factoring es un sistema de financiamiento que brinda una solución inmediata a las necesidades de liquidez de las empresas de todos los tamaños.
El beneficio del factoring, es que permite a las empresas recibir anticipadamente el dinero de sus facturas sin tener que esperar la fecha de pago o, lo que es común, enfrentar la demora de sus clientes en pagar.
Sin embargo, elegir la empresa de factoring ideal no es una tarea tan sencilla. En el mercado existen diversos esquemas y tipos de factoring, cada uno diseñado para adaptarse a diferentes posibilidades y necesidades de las empresas.
Antes de elegir una empresa de factoring, debes tener en cuenta que son empresas que cobran por sus servicios, por lo que es importante primero evaluar si es realmente necesario, dado que afectará la rentabilidad de tu negocio.
Una vez ya tomes la decisión, es bueno que consideres los siguientes cuatro aspectos antes de elegir una empresa de factoring.
1.-Especialidad en tu industria: los servicios de factoring funcionan para una amplia gama de industrias. Sin embargo, hay algunos que tienen distintos grados de especialización. Es decir, si tu empresa es del rubro de transporte, médico o agrícola, es conveniente que te decidas por una empresa de factoring con conocimiento en esa área.
2.-Factoring con recurso o sin recurso: este punto es muy importante. Tu decisión dependerá de si el factoring o tú tendrán la responsabilidad en caso de que la parte deudora no cumpla con el pago.
3.- Transparencia en los cobros: Es muy importante que al elegir una empresa de factoring te informes respecto a la reputación de esta, puedes por ejemplo solicitar una simulación de la operación que pretendes factorizar y poner atención en la liquidación que esta empresa te entrega, revisar que tipo de cobros están considerando, cómo se compone la devolución de retenciones y la tarifa que te cobran y si hay comisiones e intereses ocultos en ésta.
También es importante que te informes respecto a las certificaciones que la empresa posee, por ejemplo si está autorizada por Corfo, si tiene clasificación de solvencia acreditada por una empresa clasificadora de Riesgo, o si posee un modelo certificado de prevención de delitos, y si dicho modelo se encuentra implementado.
4.- Porcentaje y tarifas por el servicio: Finalmente, es muy importante que te asegures de que la empresa de factoring que te interese, cobre un porcentaje menor por sus servicios, para así obtener una mayor cantidad de dinero por tus cuentas por cobrar.
Comprueba también que las empresas de tu interés no cobren cargos adicionales innecesarios o indebidos
La administración sana de tu Pyme no sólo la mantendrá vigente, sino también evitará que te distraigas de tu verdadero objetivo: conseguir clientes y crecer.
Si sigues estas buenas prácticas y consejos, no llevarás las finanzas de tu negocio a una fase crítica, y así no comprometerás el patrimonio que tanto esfuerzo te costó construir.
Y para mantener este logro estable en el tiempo, saca provecho del alivio y el orden que el factoring ofrece. Te permite darle valor a tus facturas como fuente de financiamiento propio disponible y bajo términos y condiciones que puedes negociar.
Ahora bien, elegir una empresa de factoring es una decisión que debes reflexionar y tomar con bastante calma. Considera en tu decisión la experiencia comprobada con empresas como la tuya, una buena reputación y un tiempo prolongado en el mercado.