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Radiografía del microempresario chileno: la mayoría se dedica al comercio, no cursó la Enseñanza Media, pero son los mejores pagadores

15 agosto, 2017

Los hombres no quieren tener jefe y las mujeres necesitan de más tiempo para desempeñar todos sus roles. En ambos casos, la mayoría no volvería a ser asalariado bajo ninguna premisa, aunque en muchas ocasiones desarrollan su emprendimiento en condiciones de desprotección y ausencia de seguridad social. ¿La deuda? Generar mayor inclusión financiera.

¿Cómo son los emprendedores chilenos? La mayoría son comerciantes, sin estudios de Enseñanza Media, pero a la vez los mejores pagadores de créditos de emprendimiento.

Así lo revela el informe elaborado por BBVA Research, con Emprende y Fondo Esperanza, en un escenario en el que casi un cuarto de la fuerza laboral chilena está representada por los microempresarios. Un sector que cuenta con 1.865.860 emprendedores y cuya radiografía da una luz respecto a otros países, como Perú, Colombia y República Dominicana, de los cuales se sabe muy poco acerca del microfinanciamiento que ayuda a despegar a los trabajadores por cuenta propia en comparación con Chile. “Pero, dependiendo de dónde uno vaya, salen datos distintos”, precisa el gerente general de Fondo Esperanza, Mario Pavón.

En ese marco, Pavón ordena la información y aterriza el perfil del microempresario, definiéndolo como aquel que tiene pequeños negocios que venden menos de 2.400 UF al año (casi $5 millones) y en un 40% de estos (709.933) son mujeres, aunque su presencia aumenta a medida que se profundiza la pobreza. El 50% emprende desde su hogar.

“En el caso de las mujeres es típico que sus emprendimientos hayan surgido de una crisis, por ejemplo, quedaron solas, el marido se fue”, explica el gerente general de Emprende Microfinanzas, Pablo Coloma.

En el caso de los hombres, Coloma explica que “si bien la mayoría ha sido asalariado, están cansados de depender de alguien y deciden hacer un trabajo de cuenta propia tras una crisis laboral o por aburrimiento y solo un 15% por herencia familiar”.

Al poner la lupa se observa que los emprendedores, en su mayoría (67%), superan los 45 años y solo el 42% ha cursado la Educación Media.

Los microempresarios elevan su presencia en las regiones de Los Lagos, Tarapacá y La Araucanía. Mientras que el comercio es el sector en el que anida la mayoría de los emprendedores (33%) y el 49% de estos se dedica al trabajo informal.

Además, gran parte de ellos están desprotegidos en tres ítems troncales: el 52% no se encuentra afiliado a un sistema de salud y el 69% no cotiza en una AFP y el 88% no cuenta con seguro de accidentes.

Derribando mitos

En un escenario de crisis, es una realidad que “los trabajadores por cuenta propia aumenten, pero no es verdad que cuando se acabe (esa situación) van a desaparecer. Estarán siempre como un sector estructural que es propio de Chile”, precisa Coloma.

Aquella afirmación se sostiene en que la mayoría (56%) de los emprendedores asegura que no volvería a ser asalariado bajo ninguna condición. De hecho, solo un tercio volvería a ser asalariado por un mejor sueldo y un 44% permanece como microempresario por más de 10 años, esto pese a que muchas veces desarrollan su trabajo en condiciones de desprotección y ausencia de seguridad social.

Sin embargo, los mismos emprendedores (27%) reconocen ciertas barreras para el crecimiento de su negocio. Una de ellas alude a la falta de financiamiento para sus proyectos. “Las personas sienten que no son beneficiarias de crédito, creen que nadie se los dará por ser trabajadores informales y otros factores”, detalla Coloma.

Ello, agrega, da enorme relevancia a los microcréditos otorgados por instituciones como la Fundación Microfinanzas BBVA, presente en Chile a través de Emprende Microfinanzas y Fondo Esperanza, y que ha otorgado financiamiento a más de 120 mil emprendedores en Chile (más del 80% son mujeres).

En ese marco, Pavón explica que los microempresarios más vulnerables son los mejores pagadores. “Recuperamos 95% de lo que prestamos”, recalca el gerente general de Fondo Esperanza, aludiendo a los créditos otorgados por su organización y que están bajo el millón de pesos, en el caso de la población más vulnerable.

“Estamos muy presentes en este segmento, pero también es una preocupación la falta de actores en la provisión de crédito a los emprendedores más vulnerables, dado que todavía hay mucha necesidad”, recalca Coloma.

Comparación con la vecindad

En la región, la Fundación Microfinanzas BBVA ha desembolsado, durante la última década, más de 8.200 millones de dólares en préstamos productivos a emprendedores vulnerables de América Latina. En esa línea, el presidente del Patronato de la FMBBVA, Claudio González-Vega, cuenta que “en Chile, los niveles de vulnerabilidad son los más altos, así como el tamaño de los prestamos son los más pequeños. Entonces se da la paradoja de que siendo Chile un país en cierto sentido de mayor ingreso per cápita, de los demás países de la región, es donde estas necesidades y la atención de estas clientelas es más profunda, en el caso de las entidades de la fundación”, destaca.

Así lo revelan los datos entregados por Fondo Esperanza, que ocupa una metodología de Banca Comunal, para beneficiar a más de 110 mil emprendedores desde Arica a Chiloé, principalmente mujeres, con servicios financieros, capacitación y acceso a redes.

Según Stephanie García Van Gool, directora de Medición de Impacto y Desarrollo Estratégico de la Fundación (MIDE), “a pesar de tratarse de pequeños negocios, los emprendedores de Fondo Esperanza consiguen altas tasas de crecimiento de sus ventas (43% anualmente) y excedentes (54% anualmente)”.

 

Fuente

alce


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