Factoring para PYMES
El factoring es una herramienta financiera que puede ser de gran ayuda para las pymes, ya que les permite obtener liquidez de manera rápida y sencilla. Además, el factoring también puede reducir el riesgo de impago y mejorar el flujo de trabajo de la empresa al externalizar la gestión de cobro de las facturas.
Factoring Tradicional para PYMES
El factoring tradicional es una opción de financiamiento que se enfoca en las cuentas por cobrar de corto plazo y puede ser una herramienta útil para las pymes que necesitan mejorar su flujo de efectivo. En lugar de esperar a que los clientes paguen, las empresas pueden vender sus facturas y cheques a una compañía de factoring y recibir un adelanto de efectivo, lo que les permite obtener liquidez de manera rápida y sencilla.
Además, el factoring tradicional es una alternativa accesible para las empresas que no cuentan con un historial crediticio sólido o que no tienen acceso a otras formas de financiamiento. Los ejecutivos de la compañía de factoring pueden brindar una atención personalizada y guiar a las empresas durante todo el proceso, lo que puede resultar de gran ayuda para las pymes que necesitan gestionar su financiamiento de manera eficiente.
Otra ventaja del factoring tradicional es que la gestión de cobranza es realizada por la compañía de factoring, lo que facilita la puntualidad y recuperabilidad de los documentos que constituyen la operación. Además, al no registrarse como deuda, el factoring tradicional no limita el acceso al sistema financiero tradicional, como los bancos.
Factoring Financiero para PYMES
Este producto está diseñado para reprogramar pasivos y cubrir déficits de caja transitorios a través de liquidez inmediata disponible. El funcionamiento del factoring financiero es similar al de un crédito directo, en el que la empresa de factoring se encarga de cobrar los cheques del cliente en función de las cuotas pactadas.
Una de las ventajas del factoring financiero es que ofrece liquidez inmediata al cliente, lo que puede ayudar a cubrir necesidades de caja y mejorar la gestión financiera de la empresa. Además, este producto no se informa a la CMF y no tiene productos asociados, lo que lo hace una opción más accesible para las pymes.
El factoring financiero está diseñado para personas naturales con giro y personas jurídicas que tengan al menos un año de antigüedad en su negocio y que no tengan morosidades ni protestos. Los pagos se realizan en función del flujo esperado, lo que significa que no necesariamente tendrán que ser pagos iguales.
Factoring para Grandes Empresas
El factoring no solo es beneficioso para las pymes, sino que también puede ser de gran ayuda para las grandes empresas. Al utilizar el factoring tradicional, estas pueden obtener liquidez de manera rápida y sencilla, permitiendo mejorar su flujo de efectivo y tener mayor flexibilidad financiera. Además, el factoring tradicional puede ayudarles a gestionar su riesgo crediticio y eficientizar la gestión de cobros, ahorrando tiempo y recursos.
Factoring Tradicional para Grandes Empresas
Este mecanismo para grandes empresas se basa en el anticipo de cuentas por cobrar producto de las ventas del giro comercial de los clientes. Dependiendo de las características de las cuentas por cobrar, se pueden evaluar negocios de factoring con y sin responsabilidad del cedente.
En el caso del factoring tradicional para grandes empresas, este consiste en la compraventa y anticipo de una cuenta por cobrar pagadera a plazo. La cuenta por cobrar debe corresponder a un servicio prestado o a una mercadería entregada y debe estar reflejada en algún documento que dé cuenta de dicha prestación y/o venta. Este tipo de factoring puede ser especialmente útil para las grandes empresas que necesitan mejorar su flujo de efectivo y obtener una mayor flexibilidad financiera.
Además, el factoring tradicional para grandes empresas puede ayudar a mejorar la eficiencia en la gestión de cobros y a reducir el riesgo crediticio al transferir la responsabilidad de cobro a una compañía de factoring. Esto permite a las grandes empresas ahorrar tiempo y recursos en la gestión de cobranza, y a su vez les brinda la tranquilidad de que las cuentas serán cobradas de manera puntual y efectiva.