Crear una infraestructura financiera fuerte es de vital importancia para cualquier negocio, sobre todo al principio. Y aunque los gastos y finanzas de tu Pyme pueden parecer tediosos en un comienzo, se trata de una actividad vital para ordenar tu empresa, que sólo te traerá beneficios.
Comencemos por el principio:
1. Construye un flujo de caja
La regla básica de las finanzas es que las ventas superen los costos. Pero la realidad es un poco más compleja, porque hoy en día existe el crédito. Alejandro recomienda hacer un calendario con lápiz y papel para visualizar esta “suerte” de desface de dinero.
La idea, dice, es ingresar los gastos y costos según las fechas que correspondan. “Así, si alguien me va a pagar en dos semanas más, yo sé que no cuento esa liquidez hasta la fecha en que acordamos el pago. Es una forma de asegurarnos que no nos pille la máquina. El flujo de caja nos permite no sólo ordenar el dinero en el tiempo, sino también proyectar al futuro”, explica.
2. Analiza si tienes las competencias para hacerlo solo
Cuando se trata de cuentas, llevar un orden puede resultar más complejo de lo que parece. Si eres organizado y no le temes a los números puedes hacerlo tú mismo, pero si no es así lo mejor es pedir ayuda, aconseja González, recomendando su aplicación Blinking, que permite controlar el flujo de caja de forma automática a través de facturas electrónicas.
Otra opción, agrega, es contratando directamente a un especialista: “tener un buen contador, ya sea de un colegio técnico, un instituto o la universidad, es como un arma, pues te ayuda a tener un mejor control de la empresa”.
3. Recuerda que las decisiones las tomas tú
“Uno de los mayores errores de las Pymes es pensar que el contador toma decisiones”, dice González. Al final del día quien tiene el control de la empresa eres tú. Para eso es indispensable contar con información financiera que sea actual y verídica sobre cuánto dinero entra y cuánto sale.
“El flujo de caja es el que me va a indicar si me alcanza o no. Si no me alcanza entonces hay que tomar una determinación: o salgo a vender más, o pido un crédito, o lo que sea necesario para salir adelante”, explican en Blinking.
4. Mantén el orden y planifica a futuro
Con un flujo de caja saludable es más fácil poder estar al tanto de qué está pasando en la empresa y organizar las finanzas. Igual de importante es la capacidad que esto te brinda para poder tomar buenas decisiones proyectarte a futuro. Sin la información del flujo de caja es imposible planificar a largo plazo.
5. Elabora un presupuesto
Dentro de tu plan para organizar las finanzas debe estar incluida la elaboración de un presupuesto. Este paso es tan importante como tener un plan de negocios, y de hecho, debieran ir de la mano.
No se trata de una herramienta de planificación para saber cómo se gastará el dinero, sino más bien de un esquema que te puede ayudar a tomar decisiones informadas. Se trata una guía para entender cómo te estás proyectando y qué dinero tienes para gastar (o qué tienes que recortar). La idea del presupuesto es identificar dónde y cuándo hacer ajustes, de ser necesario.
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